Una señorita va a la iglesia a confesarse:
"Perdóneme, padre, porque he pecado".
"Bueno, hija, cuéntame tus pecados", le responde el cura.
"El otro día estaba caminando por la calle cuando me encontré con un viejo amigo. Fuimos a tomar un café y empezamos a charlar, después fuimos a su departamento e hicimos el amor. Y como yo soy tan frúgil..."
"Frágil, hija, se dice frágil", interpone el padre.
"Bueno, al día siguiente estaba sentada en la plaza cuando de repente se aparece otro amigo. Empezamos a charlar y después terminamos en mi departamento e hicimos el amor. Y como yo soy tan frúgil..."
"Frágil, hija, frágil," dice otra vez el cura.
"Y ayer estaba con mis amigas cuando se apareció mi novio. Empezamos a conversar, y después fuimos a su departamento y como yo soy tan... ¡Ay! ¿Cuál es esa palabra, padre?"
"Puta, hija, puta".
Como yo soy tan frúgil.
domingo, 1 de junio de 2008
Publicado por
Pamela
a las
18:28
Etiquetas: Como yo soy tan frúgil.
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