Hagamos un trato.

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo.

Si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo.

Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo.

Pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

La nueva esposa

Un tipo y una chica se conocieron, se enamoraron a primera vista y se casaron al día siguiente sin haberse siquiera besado. Después de la boda, él despertó y le preguntó a su nueva esposa, "¿Qué hay para desayunar, querida?"

Ella respondió, "Tienes tu desayuno justo frente a ti."

Así que él le hizo el amor de inmediato y luego se fue a trabajar. De regreso, le preguntó a su esposa, "Querida, ¿qué tienes para comer?"

Ella le respondió, "Tienes tu comida justo frente a ti." Y el le hizo el amor otra vez.

El tipo regresó a su trabajo y en la tarde sentía que se moría de hambre. Regresó a su casa de prisa y al abrir la puerta vio a su mujer subiendo a toda carrera las escaleras y deslizándose por el pasamanos, una y otra vez...

Finalmente le preguntó, "¿Qué demonios se supone que estás haciendo?"

Y ella le respondió, "Estoy calentándote la cena, querido..."

El hombre según la edad.

De los 10 a los 15 es mono: Vive pelando la 'banana'.
De los 16 a los 20 es jirafa: Se come las 'florecillas'.
De los 21 a los 30 es buitre: Se come todo lo que se le atraviese.
De los 31 a los 40 es águila: Escoge todo lo que se va a comer.
De los 41 a los 50 es papagayo: Habla más de lo que come.
De los 51 a los 60 es lobo: Persigue a Caperucita pero se come a la abuela.
De los 61 a los 70 es cigarra: Canta, canta y no come nada.
De los 71 a los 80 es cóndor: Con-dolor aquí; con-dolor allá...
De los 81 en adelante es paloma: sólo caga.

Prueba de Intelecto.

Manolo ingresa a las tropas especiales del ejército. Todas las pruebas de actitud física las pasa con relativa facilidad pues es un hombre muy fuerte; pero en las tropas especiales también hacen pruebas de intelecto, cuando llega su turno le pregunta el sargento:

"A ver, Manolo, si quedas separado de la unidad y tienes que valerte por ti solo, ¿qué es lo primero que harías?"

"Pues lo primero que haría, mi sargento, es buscar agua, pues sin comer puedo aguantar un tiempo, pero de sed se puede morir uno muy rápido. Así que buscaría un río o una laguna para proveerme de agua".

"¿Y la tomas así o la purificas?"

"Bueno, pues la hiervo primero".

"Muy bien, Manolo. A ver, ¿a cuántos grados hierve el agua?"

"Pues a 90 grados, sargento".

"Pues no, Manolo, revisa el manual y verás que el agua hierve a 100 grados".

Apenado, Manolo revisa el manual y dice para si:

"¡Qué bruto soy, el sargento tiene razón, lo que hierve a 90 grados es el ángulo recto!"

Como Perón.

Estaban cerca las elecciones, el candidato, peronista de esos de la primera hora, se dirigía a la multitud:

"¡Y vamos a solucionar los problemas de los jubilados!"

Todos aplauden y vitorean y un borracho le grita: "¡Hace como Perón!"

"¡Claro que sí compañero!", responde contento con el apoyo. "¡Vamos a ayudar al obrero!"

Vitorean y el borracho otra vez: "¡Sí... y hace como Perón!"

"Por supuesto, compañero!", siguió el candidato enardecido. "¡Las empresas volverán al Estado!

"¡Pero hace como Perón!"

"¿Y que hizo Perón?", pregunta fuera de sí.

"¡Se murió!"

El gran jefe Indio.

Un hombre se dirige a Texas para hablar con el Gran Jefe de un campamento indio. Una vez allí, se encuentra con un indígena y le pregunta:

"¿Dónde puedo encontrar al Gran Jefe?"

El nativo le responde:

"Gran Jefe Indio estar en gran cascada".

"¿Y dónde está la gran cascada?"

Molesto, el apache le responde:

"¡Mi no saber, hoy cascársela aquí y mañana por allí!"

Propuesta

Un tipo está cortejando a una mujer en un bar. En cierto punto de la conversación le dice:

"¿Aceptarías hacer el amor conmigo por un millón de dólares?"

Después de pensarlo unos segundos, ella responde:

"Por un millón sí aceptaría."

"¿Y por 20 dólares?"

"¿Qué te pasa?," responde ella indignada, "¿acaso crees que soy una prostituta?"

"Lo que eres ya quedó claro en la primer pregunta. Ahora sólo es una cuestión de precio..."